A 300 km de Santa Clara sobre las costas del Caribe, ubicada en la provincia de Sancti Spiritus se encuentra Trinidad de Cuba; una ciudad-museo con los mejores parajes tanto de playa como de montaña.
Para todos los gustos, Trinidad fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en 1988, lo que la confirma como un destino capaz de asombrar al turista más exigente.
Por sus calles se respira el ambiente colonial de antaño, por sus edificios de notable influencia neoclásica y barroca, por la gracia de sus calles empedradas y por las ricas tradiciones que corren de boca en boca, desde los tiempos de piratas y corsarios.
Para comenzar una ruta por Trinidad nada mejor que comenzar desde el mismo centro, desde la denominada Plaza Mayor, un buen escenario para una caminata y para observar una Villa con numerosas y bien conservadas obras de arquitectura.
Una vez que se inicia la caminata se puede visitar al Museo Romántico, los edificios de la Plaza de los Artesanos, la Casa de la Cultura y la antigua Cárcel Real o la simbólica Torre Manaca-Iznaga, desde donde se extiende el Valle de los Ingenios.
Las plazas de Santa Ana y de las Tres Cruces, el Campanario de San Francisco y numerosos palacetes aportan un toque de belleza única a la ciudad.
La taberna La Cachánchara es el lugar ideal para descansar y probar la típica bebida del mismo nombre a base de miel, limón, aguardiente, hielo y agua.
Y para los amantes de la música, el destino ideal es la Casa de la Trova
Con todos esos atractivos, a los cuales se añade una infraestructura hotelera de primera línea, la Ciudad Museo de Cuba constituye un sitio de obligada estancia para los miles de vacacionistas que cada año transitan por la isla.
Trinidad, esta mágica anciana, luce hoy todo su esplendor y logra que nos enamoremos de ella gracias a sus valores y su gente.
Lic. Laura Ianelli - info@guajira.com.ar
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