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lunes, 15 de diciembre de 2008

ZAPATAZO, zapatero a tus zapatos… Un periodista protagonista, y nosotros qué?

Una parte importante de ciudadanos del mundo, dentro de la cual me incluyo, expresamos una leve sonrisa frente al hecho de que alguien se haya animado a realizar un acto que quizás nosotros mismos nunca nos hubiéramos animado a realizar, contentándonos con la contemplación de aquello que significa algún deseo (habitualmente oculto) de revelarnos.

Nos revelamos frente a hechos de injusticia que son achacados al imperialismo, que en visión simplificadora, es considerado como el responsable “absoluto” de nuestras miserias, entendiendo por otra parte que necesitamos de actos revolucionarios para el cambio, aunque sin darnos cuenta que gran parte del cambio debiéramos hacerlo nosotros, en nuestro propio contexto, con nuestro propio cotidiano.

Desde mi opinión personal, los argentinos somos responsables del despilfarro, el ex granero del mundo debe encontrar el camino que le permita mirarse a sí mismo a través de un espejo que posibilite, en forma más clara, identificar la realidad vivida.

Luego de un lustro de iniciarse éste milenio, se vivió en el mundo un alza sostenida de los commoditties, situación que le permitió al país una rápida recuperación de su deterioro económico, pero las miserias propias y las luchas intersectoriales dentro de nuestro país (particularmente durante el 2008) hizo que del tironeo se destruyera el paño de nuestra economía, con los trapos nos quedamos y con ello deberemos afrontar el desafío que significa superar la próxima recesión que vivirá el mundo occidental.

Quizás debiéramos calzarnos los zapatos y ponernos en movimiento, buscando el consenso para ir en una misma dirección, dejando egoísmos de lado y entendiendo que somos responsables de nuestro destino.

En la actividad turística nacional tampoco somos muy maduros, no solemos trabajar en forma programada, solo nos dedicamos a la especulación, a exprimir al máximo la contingencia, con la consecuente opresión hacia el turista. Obviamente así las cosas no saldrán del todo bien, por lo que luego las culpas y responsabilidades se reparten por doquier, aunque nosotros nos identificamos solo como víctimas de un sistema que nos condena a la aceptación del porvenir, olvidándonos de nuestra propia obligación de convertirnos en protagonistas.

Ojala todos podamos también ser protagonistas de algún viaje, en donde también podamos observar como hacen en otros países para definir caminos de acción consensuada, como otros destinos logran la coherencia que posibilita fijar una política de precios y disminuir la improvisación y la excesiva especulación. Es tiempo de autoevaluaciones, es tiempo de reflexión, tenemos nuestra vida por delante.

Andrés M

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