Cayo Largo, a un paso del Paraíso

En Octubre del año pasado y luego de que la isla afrontara el gran huracán que la azotó tuve la posibilidad de visitar Cuba. Partimos de Bs. As en un vuelo de Cubana de aviación y la sensación que sentí al subirme a ese tremendo “gigante del aire” fue impresionante ya que nunca había viajado en un avión tan grande como en el que me encontraba sentado.

Después de varias horas de vuelo, aproximadamente 8 horas y media, llegamos a La Habana, donde nos estaba esperando el personal del operador receptivo que cordialmente nos traslado hacia el hotel donde nos alojaríamos. Luego de recorrer la ciudad de La Habana por algunas horas lo que nos permitió ir descubriendo nuevas culturas, modos de vida y una ciudad maravillosa nos fuimos a descansar para disfrutar al día siguiente del viaje que nos llevaría a ese maravilloso paraíso que se llama Cayo Largo.

Nos levantamos por la mañana bien temprano y nos dirigimos al aeropuerto para embarcar rumbo al Cayo. El avión que nos estaba esperando en la pista era un AN 24 de la aerolínea Cubana de aviación al cual se ascendía por la parte trasera del mismo como los típicos aviones de guerra.

Después de media hora de sobrevolar un mar calmo y celeste aterrizamos en el aeropuerto Vilo da Acuña de Cayo Largo. Salimos del aeropuerto y nos estaban esperando para llevarnos hacia el hotel Sol Cayo Largo, el cual se encuentra a 10 minutos del aeropuerto. El relieve del Cayo es árido así como su clima y vegetación lo cual denota que no suele llover muy seguido.

Al pasar los 10 minutos que nos separaban del hotel llegamos al Hotel Sol Cayo Largo donde nos estaba dando la bienvenida un grupo de cantantes y bailarines que danzaban al son del Caribe, a la vez que nos ofrecían agua de Coco para refrescarnos mientras disfrutábamos la bienvenida.

Que decir del hotel, una estructura colorida con grandes piletas y zonas de juego, restaurantes, bares y las habitaciones las cuales algunas se encontraban en planta baja y otras un piso mas arriba. La estructura del mismo no es la de un Hotel de construcción en torre como un hotel típico de ciudad sino que las habitaciones están repartidas en bloques que no superan el primer piso y el estilo del Hotel es más bien caribeño.

A medida que nos íbamos acercando a las habitaciones podíamos ir divisando ese mar celeste y la arena blanca delante de nosotros y particularmente no aguantaba mas las ganas de tocar ese mar y pisar esa arena. La sensación de estar ahí en esas playas es indescriptible, todo era perfecto, la arena blanca que parecía harina, el mar turquesa.

Al día siguiente nos dieron la posibilidad de realizar una excursión en barco. Partimos de la marina del Cayo y nos dirigimos, en primera instancia, y siempre al ritmo del son cubano y disfrutando de unos infaltables mojitos y cuba libre, hacia Cayo Iguana. Allí descendimos sobre la irregular superficie de ese Cayo para sacarnos fotos y tocar las iguanas que están libremente por allí.

Luego de pasar un rato con las Iguanas nos dirigimos hacia una barrera coralina que se encuentra a unos 15 minutos en barco desde el mencionado Cayo, donde, además de la barrera, se encuentra un barco hundido que termina de crear el escenario perfecto para la practica del snorkel. Personalmente me encanto esta parte de la excursión, es increíble la sensación de nadar alrededor de los pececitos de colores y de sumergirse para introducirse en el barco o apreciar de cerca los corales.

Luego de esta fabulosa experiencia nos dirigimos con el barco a unas piletas naturales, que son montículos de arena que sobresalen en el medio del mar, para recorrer esta zona y apreciar las gigantescas estrellas de mar que se ven en la orilla de la costa.

Al ratito, almorzamos sobre la cubierta del barco una sabrosa langosta y finalmente terminamos el recorrido en una de las playas más hermosas del Cayo. Se trata de la playa Sirena, ubicada en la denominada Punta Sirenas. Es una playa Virgen donde no hay hoteles ni ningún otro servicio, se encuentra en una de las Puntas del Cayo por lo que en esa playa se puede ver el mar de un lado y del otro. También se puede caminar por esta Playa hasta llegar a otra playa que también lleva el mismo nombre que la anteriormente mencionada que cuenta con 200 m de Playa, ideal para disfrutar de diversas actividades.

Otras de las playas que pudimos visitar y que también me gusto mucho es playa paraíso donde el agua es sumamente calma y tiene un color muy particular.

Finalmente y luego de varios días de disfrutar del paisaje que Cayo Largo nos regalo regresamos a La Habana con la sensación de algún día poder volver a pisar este maravilloso paraíso terrenal.

Lic. Nicolas Perez - info@guajira.com.ar

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